
EL AMARILLO TE EMBARAZA
Y un día todo volvió a la normalidad…
Por la octava fecha del clásico de los miércoles, celebrando el primer “Eleven Papis Series”, el conjunto amarillo cumplió con la inexorable triple G: ganó, gustó y goleó. En cancha de once, derrotó de manera histórica por 9 a 2 a los naranjas y, haciendo uso de su paternidad, regresó al triunfo. Con cuatro goles del Oso Negro, dos del Galgo, uno del Toro, uno del Zapatero y otro de Pirueta, la "canarinha" no perdonó y hoy solo sabe festejar.
Era la primera vez en el rectángulo más grande del Palacio. La ansiedad y el desahucio iban de la mano con el temor y la emoción desmedida. Todo estaba presto para venerar el show. Por eso, confirmada la faena desde el martes —inclusive con la feliz presencia del Mago, que operado y todo haría las veces de asador—, una nueva misa estaba en movimiento. En la cancha, el mayor número de participantes en la historia de este grupo: 24. Siendo las 22:30, en los altos de Luis Guillón, ya se respiraba fútbol.
De entrada, y como ya nos acostumbran estos equipos, mucha paridad.
Conociéndose, pero también conociendo el recinto (para la mayoría, ajeno a su rutina), los Orange Boys mostraban intenciones; eran algo más. Tal es así que, aprovechando la primera contra del encuentro, Leo Melli disparó cruzado y marcó el 1 a 0. Promesa en jaque, celeridad y preocupación para un amarillo que resultaba sorprendido. Claro, de la sorpresa al orgasmo hay un solo colectivo. Y en cuestión de minutos, los liderados por Rocky daban vuelta el desarrollo. Era 2 a 1; mejor quedaba el saco, pero el pleito todavía se mostraba parejo. Sin embargo, con el naranja atacando y proponiendo resistencia, un grueso error de Iñaki en la salida le permitió al goleador de la noche estampar el 3 a 1. Todo se rompía.
A partir de ahí, una autopista por la franja derecha tenía al Galgo como un verdadero Fórmula 1. Velocidad, conducción y un desarrollo admirable. Uno a uno fueron cayendo los goles. Sí, como manzanas que caen por culpa de su madurez, la escuadra “brasileña” se compró todos los boletos y marcó cinco tantos en fila. Ya no había discusión; y si algo quedaba sobre la mesa, era obsceno. Hacia el final llegó el descuento de Cali y, en contrapartida, un último grito de Juan Pablo para ponerle nombre a esta dramática y bien ponderada edición. Fue 9 a 2 y, por bien o por mal, será difícil de olvidar.
En el tintero, muchas cosas por decir. En realidad, comenzar celebrando la gran actuación de los amarillos. Aquellos que llevan la estadística a su antojo hoy volvieron a ser los de siempre, demostrando que en cancha de once también son los padres de este juego.
Felicitar el buen comportamiento de las partes, que en momentos de fricción y picardía lograron enfriar las emociones. Además, aplaudir el uso correcto y debut de la penalización por offside y el ojo clínico en las jugadas divididas.
Para terminar, nobleza obliga, nuestro reconocimiento al Mago. Qué mejor que terminar el partido, caminar unos metros y empezar a comer. No hubo lesión que lo aleje de la parrilla, y así nos permitió completar un tercer tiempo para una jornada inolvidable. En fin, cosas del fútbol si las hay.Pero esta noche no hubo dudas, "el amarillo te embaraza: nueve goles y el mismo hijo de siempre".

Alineaciones
Naranjas: Iñaki – Lucas – Kabak – Muelita - Potrillo – Leo Melli – Alejo - Alan Burzaco – Cali - Oso Blanco - Peter Parker - Sampa -
Amarillos: Alan – Nacho - Zapatero – Damian - Toro – Pirueta - Pela – Jorgito – Oso Negro – Galgo - Naza - Rocky

