
HOSPITAL SAN MARTÍN": CUANDO EL FÚTBOL DUELE
Con motivo de la novena fecha del fútbol de los miércoles, el Naranja volvió al triunfo. Por 2 a 1, con goles del Pela y Santino (el descuento fue obra de Alan, de Burzaco), la cancha número uno del Palacio fue testigo de una nueva alegría “holandesa”. Seguramente, y como indican los libros, tras un partido así tendría que arrancar cualquier crónica: el resultado, lo principal. Pero ayer, pasadas las 21, y en pleno desarrollo del encuentro, cuatro jugadores debieron abandonar el campo de juego por lesión. Condicionante o no, todo lo que parecía reluciente terminó marchitándose en un abrir y cerrar de ojos.
Luego de una semana agitada, con muchos apellidos anotados y un entusiasmo generalizado, el trabajo minucioso de la Secretaría de Deportes apuntó a la búsqueda de un producto cada vez mejor. Que se juegue en 11, que todos estén, que haya cambios en cancha de 9, etc. Todo era válido a la hora de votar, discutir y defender cada postura. Nuevamente, con matices inconclusos para seguir charlando, el pitazo inicial era impostergable. Una vez más, bases llenas en ambas escuadras y algún cambio previsto desde afuera. En definitiva, la mesa estaba servida.
De entrada, mucha paridad. Sin nada fuera de lo normal, amarillos y naranjas se adaptaban a lo establecido. Algo mejor los primeros, que —sin romper el chanchito— dejaron pasar tres oportunidades clarísimas. En el retroceso, Iñaki se mostraba firme y la estabilidad era canción segura. Paradójicamente, cuando el cero ya hacía huella, un centro en diagonal del Toro le permitió al Pela hacerse de un disparo permeable pero molesto. Lejos de una buena respuesta del “uno carioca”, la red se movió y fue el 1 a 0.
Minutos después, y en la búsqueda de una reacción inmediata, empezaron a caer los soldados. Primero fue el Zapatero, figura entre los amarillos: a punto de sufrir un desgarro, la salida era un hecho. Luego cayó Lucas; resentido de viejas lesiones, el central naranja poco pudo hacer para seguir. Y en el medio, como quien no quiere la cosa, una contra impecablemente “brasileira” —siempre comandada por el Mariscal— le permitió a Alan, de Burzaco, marcar el empate transitorio. Ahora sí, el cuento estaba ordenado y mejor contado.
A todo esto, el tan esperado regreso de Tincho no pudo completarse: dejó el barco y se sumó a los heridos. Un tirón fue suficiente y, para evitar agravar el cuadro, no había negociación posible. Pero volviendo al rectángulo, desconcertado por las continuas e importantes bajas, el partido asumió un rumbo cancino y a la “buena del señor”; traducido: para cualquiera. Resulta que, ante un desarrollo tan cerrado, cualquier error no forzado es la carta perfecta al descontrol. Y así fue. Luego de una pelota alta, la floja reacción de los centrales amarillos le permitió a Santino marcar el segundo de los “orange boys”. Un curso acelerado de cómo aprovechar las oportunidades: aprobado.
En la continuidad, Alejo también se retiró y Leo Melli aguantó, con dolor, su lugar en la cancha. Los últimos instantes merodearon un merecido empate que nunca llegó. Final y alegría toda color naranja. Pese a las bajas y la preocupación que estas dejan, en el plano futbolístico no parecieron sacarse grandes ventajas. No obstante, saber entender el contexto y leer la bendita letra chica alcanzó para el festejo de unos y la bronca de otros. “Hospital San Martín”: jugar cuando el fútbol duele… y ayer se llevó a varios.
Alineaciones
Naranjas: Alan – Lucas – Nacho – Muelita - Potrillo – Leo Melli – Mecha Corta - Tincho – Pela - Santino - Peter Parker - Toro -
Amarillos: Iñaki – Kabak - Zapatero – Panadero - Alan de Burzaco – Pirueta - Pela – Mariscal – Oso Blanco - Sampa - Rocky
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